Especiales CAMINAR Y REPOSAR

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Jardines de Pillnitz (Alemania)

Caminar por el espacio delimitado de un jardín es la forma de descubrirlo al ser esta una obra de arte que requiere la participación motora del espectador, el implicarse en su interior para captar puntos de vista, seguir la pista de sus olores, dejarse impactar por sus colores o soprenderse por los efectos de luz. Pero no es menos cierto que a  este andar por el jardín hay que añadirle su contrario, el pararse a contemplarlo, a vivirlo, a gozarlo.  La comprensión de la vida, ya desde el conocimiento de los antiguos  los egipcios, lleva consigo la aceptación de la dualidad.
Mucho se ha dicho de técnicas de cultivo, simetrías, arquitecturas, entornos, puntos de vista, mística, conocimiento, estilos artísticos pero creo no es hasta tiempos recientes que los asientos  ocupan un lugar en su diseño.
Hoy  quería  hacer una pequeña aportación gráfica de dónde y cómo reposar para vivir, observar o simplemente estar en el jardín pero me he fijado  que no siempre a lo largo de su historia el diseñador de jardines ha incorporado una infraestructura o ha creado un mobiliario adecuado a esta función.
Revisando  imágenes me he dado cuenta que, a parte de los bancos de hierba de los jardines medievales, no aparecen demasiados asientos. La no existencia de bancos llama la atención en cuadros o  grabados antiguos. No sé si esta afirmación es de verdad  una realidad objetiva o una apreciación mía a partir de la revisión  de mis archivos, un domingo por la tarde. Es decir, no es una investigación y me gustaría que me la rebatiesen aquellas personas que  tienen la paciencia de leerme y que puedan tener más información.
En los jardines mesopotámicos algún relieve  nos muestra al rey debajo de un árbol en su lecho regio, es decir algún mueble colocado allí pero diría yo que no es creado para el jardín y seguramente solo para el señor. El jardín está aun demasiado cercano al paisaje natural.
Assurbanipal y su esposa
En los grandes jardines egipcios aparecen pabellones de descaso que proporcionan sombra pero no he sabido ver ningún mueble por lo que imagino que allí habría sillas semejantes a las de la casa.
Tampoco en los jardines griegos aparecen bancos y sillas. Es sabido que en los jardines filosóficos lo que era habitual  era el paseo  por ellos mientras se aprendía o se debatía con los maestros. Me imagino que los griegos , que eran muy artísticos pero poco cómodos debían sentarse al pie de un árbol para reposar y charlar
En los jardines romanos debería suceder otro tanto,  aunque estos ya me los imagino más sentados en un banco y especialmente en sillas en los peristilos de sus villas. Sin embargo no recuerdo bancos en las reconstrucciones de jardines ni en las pinturas de jardines como en las de la Casa de Livia.
Miniatura del Roman de la rose. Se ve  el banco de hierba
En la Edad Media si aparecen los bancos de hechos de obra o de madera y recubiertos de un tapiz de hierba. Son jardines pequeños para el disfrute solo o en compañia, la lectura y según nos cuentan las historias para el amor.
Vemos en los jardines persas algún pabellón  con un  trono para el personaje principal pero lo más habitual era que las personas  estuvieran sentadas sobre una alfombra, forma  habitual de hacerlo tanto en interiores como en exteriores.
Llegamos al Renacimiento y al Barroco y no aparecen tampoco sillas o bancos creados expresamente para gozar de la vista del jardín, al menos no se muestran en las imágenes. Para descansar debían llevarse las sillas de las casas o los palacios. Si hay espacios para reposar pero no tanto para disfrutar del paisaje. En las grutas, muy habituales en los jardines manieristas y barrocos habían bancos donde sentarse. Algunos bancos se incorporaban más como obra de arte que como lugar de descanso, recuerdo por ejemplo las pancas etruscas  de Bomarzo. También podían darse anfiteatros con gradas pensadas para posibles espectáculos.

Ilustración del Polifilo. Sentados en la hierba al borde de la fuente.

Hortus palatinus de Heildelberg. Ningún asiento.

Miniatura representando unas damas bordando en el jardín. las sillas se las trajeron del palacio

Jardín del Palacio del Buen Retiro. Sin rastro de bancos.

Grabado de Perelle de los Jardines de Vaux-le-Viconte.Todo el mundo pasea, nadie está sentado.

En muchos jardines de esta época hay bancos en la actualidad, pero ¿existían cuando se crearon? Como corazonada  diría que no es hasta finales del XVIII o principios del XIX que los bancos o asientos no se incorporan como elemento propio del jardín
Llegando a la era industrial aparecen muchos asientos de jardín diseñados para su construcción en serie, algunos de ellos muy pensados como es el caso de los que poblaban los parques y squares del París de Haussman

García y Rodriguez: Los Alcaceres de Sevilla. Probablemente después de la reforma de los Montpansier.

Ahora no concebiríamos un jardín que no tuviera en su diseño, lugares donde sentarse. Hemos pasado del jardín productivo y muy cercano al paisaje natural a un lugar estético y muy especializado. Aunque ya sé que no es un jardín propiamente dicho, estoy pensando en el Parque del Centre del Poble Nou de Barcelona donde Nouvel ha tenido especial cuidado en diseñar el mobiliario urbano que allí se ha instalado.
Sillas del Parc del Centre del Poble Nou de Nouvel (Barcelona)

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